jueves, 22 de mayo de 2008

¡PORQUE SÓLO CONTAR LAS NOTICIAS NO ES SUFICIENTE!

“La prensa es la artillería de la libertad.”
Hans Dietrich Genscher. Político alemán.


Si Usted decide tomar a un grupo de personas por la calle y preguntarles de qué se trata la comunicación social, se referirán inmediatamente al periodismo, que es una de las formas de comunicación escrita más antigua en la historia del hombre, y tal vez está entre las profesiones más reconocidas y respetadas a nivel mundial.


La comunicación y el periodismo son según se dice el cuarto poder, pero todo parece indicar que en realidad ocupan ese primer lugar que lo define todo en este mundo y que hace que se muevan masas, se den cambios, se transforme el mundo, para bien o mal, es como una varita mágica, cuyo resultado depende de quien lo use.


Aunque el modelo liberal en el periodismo lleva varios años, haciendo alarde de su posición “objetiva” que en realidad no es del todo posible, fiscal, presuntamente crítica, analítica e imparcial que de una u otra manera se ha visto dominada por el poder político o económico.


Es muy difícil que sea veraz su planteamiento puesto que habría que partir del hecho que los medios de comunicación fueran totalmente independientes de los poderes político y económico, que respondiesen únicamente a la labor social que tiene el periodismo sin importar cuantas cabezas rueden y sin afrontar las consecuencias que trae consigo el ir más allá del supuesto de verdad.

En contra posición al esquema del objetivismo, en la academia surge la necesidad de buscar formas de presentar la “realidad como espejo”, ayudándose de géneros como la noticia, la crónica, el reportaje, etc, pero es la noticia el género más apetecido por los medios que siguen este modelo liberal que cifra y normaliza la realidad percibiéndose ésta como frívola gracias a la apatía de algunos periodistas por sumergirse dentro de los hechos.

La falta de rigor periodístico que permitiendo - aunque lo nieguen- que se publique las versiones de los hechos como le conviene a unos tantos; sólo se considera importante aquella información que se muestra porque es llamativa, - violencia, escándalos, desastres – que sí vende sin importar que se relegue al ciudadano el papel de “consumidor alienado”, a quien su protagonismo es robado por los altos mandos y que sólo aparece en calidad de víctima.

Debido a las inconsistencias que vislumbraba el objetivismo, dogma que es recibió por nombre: Mediación estructural por Manuel martín Serrano, en dónde se precisa de una técnica de escritura de la noticia en forma de pirámide invertida en la que se clasifica la información de acuerdo a su importancia, pero que deja como resultado que todos los acontecimiento que mayor a menor validez sus moldes que encasillaron las y proyección

Debido a que algunos como el periodista David “Buzz” Merritt, director del diario “The Wichita Eagle” sintieron que la labor social del periodismo iba más allá de contar noticias con parte y contraparte, sin permitir la incursión de la opinión pública, – a quienes se les debe esta profesión – dieron paso a lo que recibió por nombre Periodismo Cívico que tomó lugar alrededor del año 1988.


Merritt se dio cuenta de que hay que estrechar las brechas entre el gobierno y los gobernados, porque se debe darles a los ciudadanos, la opinión pública, lo que de verdad necesitan saber, pero no imponiéndoseles, sino suministrándoles la información que ellos necesitan, hacer que público sea así como tal, que no sea tergiversado, moldeado para que unos tantos, alcancen o mantengan el poder.


A medida que el tiempo ha transcurrido, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, la sed de verdad, equidad y justicia, la necesidad de estar informado, ha conseguido que varios periodistas impulsen este nuevo esquema, que de verdad procura velar por el bienestar de la sociedad, que va más allá del las 6 W, de los cubrimientos superficiales, a los que los lectores estuvieron acostumbrados a tragar entero, por así decirlo.
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Se ha logrado – aunque muy lentamente- que se implementen en los programas académicos contenidos de corte cívico, humanístico, que le brinden al periodista en formación las bases necesarias para obtener resultados satisfactorios en la consecución de fórmulas para garantizar que el “pueblo” tenga voz y voto, que se alcance a tocar y sacudir todo el peso y apoyo de la ley para trazar proyectos de mejoras sociales y conseguir que los problemas que atañen a determinado sector marginado, sean más que la primicia del día o la semana y alcancen su solución permanente.


"Cuando los periodistas alientan la participación de los ciudadanos, mejora el nivel de solución de los problemas de la comunidad, y también mejora el periodismo" - asevera
Jan Schaffer, director de una de las entidades en Norteamérica que apoya económicamente la labor del periodismo cívico: “The Pew Center for Civic Journalism”.

Precisamente lo público es una preocupación de los periodistas cívicos, que buscan cambiar el trato del contenido la agenda informativa, dando más espacio y tratamiento a los temas que realmente interesan a la comunidad y contrastarlos con tópicos de interés del ámbito político y los medios.






La escogencia de las temáticas a abordar es difícil como expone Victoria Camps “es la actividad política, el reconocimiento de de los problemas sociales, el consenso sobre unos presupuestos lo que va determinando el contenido del interés común”.


Aunque tenga detractores como lo es Leonard Downie, director ejecutivo del Washington Post quién opina: "Lo que más me molesta es que algunos periódicos en lugar de utilizar sus páginas editoriales o la columna del editor, usan sus espacios destinados a las noticias para lograr efectos específicos en la comunidad". El periodismo cívico, cada día más está tomando protagonismo, tanto así que varios de los mejores diarios de Estados Unidos están optando por darle mucha más oportunidad, espacio y participación a la comunidad.



Así también ocurre en Colombia, en Cartagena, por ejemplo, donde hay entidades como CEDAL que con miras hacia la comunidad están implementando sus conocimientos y se están aliando con actores del sector público y privado que de una u otra manera se vinculan con causas nobles y necesarias como lo son la falta de educación en algunos sectores, las calidad en la prestación de servicios de salud, movilidad, inseguridad, desempleo, entre muchos otros tópicos que poco a poco se van atendiendo en comunidades como el sector de Lo Amador en las faldas de la popa, Las Colonias, ubicadas en un recóndito rincón del barrio de Manga, entre muchas otras que todavía ni siquiera han recibido la atención de los medios.

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