En un mundo tan parcializado que beneficia al capitalismo y las grandes potencias, además de líderes políticos y económicos, la sociedad de la que hacemos parte se ve influenciada por los medios masivos de comunicación que perpetúan las ideologías y creencias, “compartidas” o mejor dicho impuestas, que terminan por comprobar que las relaciones de poder hacen que los dominantes impongan a sus dominados desde estilos de vida hasta modificar culturas, religiones, en fin, dicen qué creer, qué ver, qué aceptar, qué usar, por supuesto comprar y en el caso de USA a quién temer.
Los medios masivos de comunicación son una herramienta muy poderosa, tanto que a pesar de se llamado el cuarto poder, parece ser el primero pues son el canal por medio del cual se dan los discursos de poder y se puede ejercer control, su valor es inmenso casi incalculable y sobretodo se vuelve inalcanzable para las masas, cuando supuestamente se hace por y para ellas. Los beneficios que podría aportar la televisión a la sociedad son muchos.
La educación sería mejor impartida si la televisión, por ejemplo en su programación incluyera mejores proyectos que de verdad eduquen a jóvenes y niños, en cambio por lo cotizado y codiciado que se han tornado los medios con el paso de los años los mismos se han vuelto fríos y materialistas, pareciera que a los comunicadores y jefes de medios se les ha olvidado la tripleta, las funciones de los medios y sus comunicadores como son: Formar, informar y recrear; no alienar, subyugar y controlar a las masas.
Como el mundo de hoy se mide con el dinero y el “tiempo es oro” la agenda informativa está minuciosamente compuesta por el relato de sucesos, personajes o situaciones que vendan, que así sea con morbo llamen la atención u obligan al espectador a ver una directa campaña política. En un mundo tan violento ya casi nada sorprende a los televidentes y si bien es cierto el Internet y su velocidad le quitan puntos por inmediatez a la televisión, aunque esta tiene la gran característica de ser un medio masivo y es lo más tangible en cuánto al hecho mismo y sus personajes se refiere.
En respuesta a los errores de desinformación e injusticias editoriales que se cometen contra los receptores comunicativos, el pueblo, surge en Estados Unidos una corriente que paulatinamente migró a Latinoamérica y universidades como es el periodismo cívico o social.
Entró pues este como una rama más o como un temario que busca la inclusión de la agenda ciudadana en la agenda informativa, además de la política y económica, que se cambie el discurso dominante a uno más democrático e independiente de las grandes potencias económicas que permitan al ciudadano común, al vecino, hacer uso de los medios de comunicación para resolver tantos inconvenientes en su comunidad, que enseñe al ciudadano a hacer uso de las herramientas que la administración local o nacional dispone para cada caso, es un micrófono, un sistema de amplificación que trata de propagar aquellas voces que han sido marginadas o desplazadas, negadas de importancia en una sociedad, así como lo son comunidades “aisladas” como las Colonias del Barrio de manga en la ciudad de Cartagena.
Los medios deben estar del lado de las masas, no en su contra, deben servirles de protección, de mecanismo de denuncia, y de consecución de ayuda, fomentando el acercamiento y el desarrollo dentro de una comunidad, lo que paulatinamente llevaría a la tan utópica meta que tienen muchos comunicadores de cambiar el mundo, el periodismo cívico, aunque es relativamente nuevo en los programas de comunicación del país va tomando fuerza y si se imparte una buena formación académica es posible que acabe con antiguos problemas mundiales. Sería éste el eslabón perdido necesario entre el pueblo y tantas entidades públicas y privadas que luchan por causas como las hambrunas mundiales, la falta de educación, vivienda, salud y trabajo, los problemas ambientales y muchos otros.
Por medio de los medios se puede entonces realizar un control social, que sería la capacidad que tienen los individuos por sí solos o colectivamente, con organizaciones sociales y comunitarias, usuarios de servicios públicos de servir como veedores, de vigilar y calificar las funciones que realiza o deja de realizar la administración o el gobierno en turno.
Otra herramienta de la que se valen las masas es del análisis crítico del discurso que busca ver más allá de las palabras del lenguaje discursivo que a diario muestran en sus emisiones los medios, trata de leer entre líneas, ver el origen y el contexto que enmarca el discurso y por supuesto su finalidad implícita.
El periodista social, aunque suene redundante la palabra no debe quedarse sólo en plantearle al resto de la comunidad los problemas que existen sino que debe ir más allá, debe buscar y llevar a cabo por medio de entidades específicas proyectos de solución en pro de estas comunidades y generar un verdadero cambio en la sociedad.
Para lo anterior también es necesario contar con la audacia y capacidades del periodista para “empacar” la temática o situación en una caja vendible, pues si se debe criticar la posición actual de los medios, también es oportuno situarnos en la realidad de un mundo del “marketing” en donde se vende o no sirve, para poder hacer de las problemáticas actuales un producto q además de conservarle el puesto el comunicador le deja la conciencia limpia.
Los medios masivos de comunicación son una herramienta muy poderosa, tanto que a pesar de se llamado el cuarto poder, parece ser el primero pues son el canal por medio del cual se dan los discursos de poder y se puede ejercer control, su valor es inmenso casi incalculable y sobretodo se vuelve inalcanzable para las masas, cuando supuestamente se hace por y para ellas. Los beneficios que podría aportar la televisión a la sociedad son muchos.
La educación sería mejor impartida si la televisión, por ejemplo en su programación incluyera mejores proyectos que de verdad eduquen a jóvenes y niños, en cambio por lo cotizado y codiciado que se han tornado los medios con el paso de los años los mismos se han vuelto fríos y materialistas, pareciera que a los comunicadores y jefes de medios se les ha olvidado la tripleta, las funciones de los medios y sus comunicadores como son: Formar, informar y recrear; no alienar, subyugar y controlar a las masas.
Como el mundo de hoy se mide con el dinero y el “tiempo es oro” la agenda informativa está minuciosamente compuesta por el relato de sucesos, personajes o situaciones que vendan, que así sea con morbo llamen la atención u obligan al espectador a ver una directa campaña política. En un mundo tan violento ya casi nada sorprende a los televidentes y si bien es cierto el Internet y su velocidad le quitan puntos por inmediatez a la televisión, aunque esta tiene la gran característica de ser un medio masivo y es lo más tangible en cuánto al hecho mismo y sus personajes se refiere.
En respuesta a los errores de desinformación e injusticias editoriales que se cometen contra los receptores comunicativos, el pueblo, surge en Estados Unidos una corriente que paulatinamente migró a Latinoamérica y universidades como es el periodismo cívico o social.
Entró pues este como una rama más o como un temario que busca la inclusión de la agenda ciudadana en la agenda informativa, además de la política y económica, que se cambie el discurso dominante a uno más democrático e independiente de las grandes potencias económicas que permitan al ciudadano común, al vecino, hacer uso de los medios de comunicación para resolver tantos inconvenientes en su comunidad, que enseñe al ciudadano a hacer uso de las herramientas que la administración local o nacional dispone para cada caso, es un micrófono, un sistema de amplificación que trata de propagar aquellas voces que han sido marginadas o desplazadas, negadas de importancia en una sociedad, así como lo son comunidades “aisladas” como las Colonias del Barrio de manga en la ciudad de Cartagena.
Los medios deben estar del lado de las masas, no en su contra, deben servirles de protección, de mecanismo de denuncia, y de consecución de ayuda, fomentando el acercamiento y el desarrollo dentro de una comunidad, lo que paulatinamente llevaría a la tan utópica meta que tienen muchos comunicadores de cambiar el mundo, el periodismo cívico, aunque es relativamente nuevo en los programas de comunicación del país va tomando fuerza y si se imparte una buena formación académica es posible que acabe con antiguos problemas mundiales. Sería éste el eslabón perdido necesario entre el pueblo y tantas entidades públicas y privadas que luchan por causas como las hambrunas mundiales, la falta de educación, vivienda, salud y trabajo, los problemas ambientales y muchos otros.
Por medio de los medios se puede entonces realizar un control social, que sería la capacidad que tienen los individuos por sí solos o colectivamente, con organizaciones sociales y comunitarias, usuarios de servicios públicos de servir como veedores, de vigilar y calificar las funciones que realiza o deja de realizar la administración o el gobierno en turno.
Otra herramienta de la que se valen las masas es del análisis crítico del discurso que busca ver más allá de las palabras del lenguaje discursivo que a diario muestran en sus emisiones los medios, trata de leer entre líneas, ver el origen y el contexto que enmarca el discurso y por supuesto su finalidad implícita.
El periodista social, aunque suene redundante la palabra no debe quedarse sólo en plantearle al resto de la comunidad los problemas que existen sino que debe ir más allá, debe buscar y llevar a cabo por medio de entidades específicas proyectos de solución en pro de estas comunidades y generar un verdadero cambio en la sociedad.
Para lo anterior también es necesario contar con la audacia y capacidades del periodista para “empacar” la temática o situación en una caja vendible, pues si se debe criticar la posición actual de los medios, también es oportuno situarnos en la realidad de un mundo del “marketing” en donde se vende o no sirve, para poder hacer de las problemáticas actuales un producto q además de conservarle el puesto el comunicador le deja la conciencia limpia.
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